Quisiera creer
que los caminos que atraviesan la vejez
no terminan en abismos de vacíos,
tener ritos y oraciones,
esperar paraísos y ángeles de luz
o infiernos y ángeles oscuros
Querría pensar
que la vida se mece en esperas
entre piedras y epitafios
y que el estar vivo
es solo un despertar al infinito
en un momento fugaz de existencia.
Quiero creer en cascadas de paz
en arboles de música
en danzas de soles
en mares de cristal...
donde todo retorne en armonía
para dar coherencia a la esperanza.
Pero la razón me niega la certeza
y el corazón no ocupa su lugar.